Todas las claves para fomentar la lectura en el aula

Entretenimiento, relajación, fuerza mental, desconexión, alegría… Estos son sólo algunos de los muchos valores positivos que aportó la lectura a millones de personas durante el confinamiento del pasado año, un período en el que la lectura de libros en todo el mundo y en España en particular alcanzó un máximo histórico. Así, durante este tiempo se llegó a la cifra del 57% de lectores frecuentes, es decir, personas que leen casi todos los días o entre una o dos veces a la semana y que dedicaron más de ocho horas semanales a la lectura. El año anterior, sin la pandemia de por medio, ese mismo porcentaje se situaba en el 50% y de igual modo destinaron un tiempo inferior a leer: menos de siete horas a la semana.

Estos datos proceden del informe ‘Hábitos de lectura y compra de libros en España 2020’ de la Federación de Gremios de Editores de España, que también apunta que este aumento de los lectores fue mucho más notable entre los menores de 35 años.

Pero ¿qué sucedió con los más jóvenes? Pues el estudio muestra datos muy desiguales. Así, mientras que las horas de lectura aumentaron entre los menores de 6 años (leyeron 20 minutos más a la semana en comparación con 2019) y entre los de 6 a 9 años, a partir de los 15 años es cuando se produjo un descenso considerable de lectores: de un 79,8% entre los menores de 10 a 14 años a un 50,3% a partir de los 15. Además de leer menos, el porcentaje de jóvenes ‘no lectores’ también se ha visto incrementado: un 27,9% durante el año pasado frente al 25,8% del año anterior.

Importancia de leer

“Leer nos ayuda a mantener la atención. La atención es el cincel de la memoria y sin memoria no hay aprendizaje”, comenta el neurólogo David Ezpeleta Echávarri que también considera que “adquirir el hábito de leer en niños y adolescentes es importantísimo, y más ahora, donde la digitalización está creando legiones de niños y adolescentes inatentos, impacientes, adictos a los móviles y ansiosos”.

El primer paso para que los estudiantes se adentren en la lectura y descubran todos sus beneficios es aprender a leer, lo que les llevará después al siguiente estadio de la lectura: aprender a comprender, a entender el mensaje y, por último, a disfrutar de los libros. Pero, ¿cuáles son las herramientas con las que cuentan los docentes para fomentar la lectura en el aula? Una de ellas son los planes lectores. El objetivo de un plan lector, tal y como indica Irakurgunea, la web que desgrana el plan lector de Euskadi, es mejorar la competencia lectora del alumnado y contribuir a desarrollar la habilidad en comunicación verbal, no verbal y digital. Es de este plan a modo de guía del que surgen los proyectos y prácticas didácticas lectoras que se llevarán a cabo con los estudiantes.

Educar y atraer a la lectura

Informes como ‘El fomento de la lectura’ de ‘Temas de Educación’, la revista digital de la Federación de Enseñanza de CC OO de Andalucía, señala que “en la escuela al estudiante se le enseña a leer pero, salvo raras excepciones, no se le educa para la lectura”. ¿Es ese el eslabón que falta para crear el hábito lector entre los estudiantes? Olvido Andújar, docente ayudante y doctora en el departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad Complutense de Madrid, cree que para facilitar el enamoramiento por la lectura es importante dejar claro tanto a niños y jóvenes “que pueden dejar un libro, que no tienen por qué terminarlo y que no van a ser menos ‘inteligentes’ porque no les guste determinado autor canónico”.

Nuevas formas de lectura

En la tecnología se encuentran muchos de los lenguajes a los que los jóvenes están acostumbrados ya que forman parte de su día a día. Y el ámbito de la lectura no iba a ser menos. Un ejemplo de ello y que forma parte de las nuevas formas de lectura que se encuentran en la Red son los ‘booktubers’, jóvenes creadores de contenido (cuya edad ronda habitualmente los 20 años) y que realizan reseñas de diferentes libros o llevan a cabo diferentes retos literarios con el objetivo de compartir su gusto por la lectura.

Eva Oña, docente de Lengua Castellana y Literatura en el IES Carlos III de Aguadulce (Almería) y coordinadora de ‘Libro Abierto’, una publicación especializada en Bibliotecas escolares de la Junta de Andalucía, (IES Carlos III) cree que es vital acercarse a estos nuevos lenguajes, pero adaptando las experiencias lectoras para el aula. “No hay que perder de vista que tienen que ser lúdicas si lo que queremos es crear lectores y mantenerlos en el tiempo”. Las experiencias inmersivas o gamificadas que se pueden llevar a cabo a partir de la tecnología o con el uso de redes sociales, en las que el alumnado se sienta parte de la historia y tenga un papel activo, son un ejemplo de adaptación para esta docente.

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